La gran esperanza húngara
Gyorgy Goloman (2.11/1996) era una de las mayores promesas del basket húngaro cuando en 2013 tomó las maletas camino a EE.UU. para enrolarse en el The Sagemont Institute de Florida. Para entonces había debutado con el Kormend en la liga de su país e incluso en la extinta Eurochallenge de la FIBA. Sus buenas prestaciones en el high school le hicieron lograr una beca en la mítica UCLA.
En sus tres primeras campañas con los Bruins, su participación y sería muy modesta y se pasaría media temporada sophomore en el dique seco por una grave lesión (2015-16). En su año senior (2017-18) lograría hacerse un puesto en el quinteto inicial de los californianos. Haciendo pareja interior de muchos centímetros y muñecas finas con Thomas Welsh (esta temporada en los Denver Nuggets), firmaría 7 puntos, 4,3 rebotes y 1,3 tapones por encuentro.
Haciéndose un hueco en la G-League
Realizó workouts con Nets, Clippers y Lakers, pero no sería elegido en el draft de 2018 y optaría por buscarse un sitio en la elite del basket norteamericano probando suerte en la G-League.
La pasada temporada defendió los colores de los Westchester Knicks con unos modestos 4,6 puntos, 2,5 rebotes y 0,8 tapones en menos de 13 minutos por actuación. Antes de comenzar la temporada, defendió los colores de su selección en las ventanas FIBA, promediando 6 puntos, 5.5 rebotes y 1 tapón en dos encuentros.
Gyorgy Coloman es un interior a caballo entre los puestos de ala-pívot y de pívot. Esa indefinición es tanto una gran virtud como, aunque suene incongruente, su mayor handicap, ya que no es lo suficientemente rápido y atlético para el puesto de cuatro moderno y le falta fortaleza física para aguantar las embestidas de los centers rivales.
Un 4,5 que sigue progresando
Goloman ha evolucionado en su juego ofensivo en los últimos años. Su tiro exterior ha mejorado progresivamente hasta convertirse en su arma más efectiva en ataque. En G-League, el 46% de sus tiros de campo han sido triples con un acierto del 36.1%. En su año senior en UCLA, con una distancia menor para el triple, este porcentaje solo llegó al 28% del total de sus tiros de campo con un acierto del 42.9%. Su mecánica se ha depurado y ejecuta el tiro en suspensión con fluidez y rapidez.